Hoy queremos recordar el paso de Santi Santamaría por La Fonda de Alberto. En el año 2011 tuvimos el placer de contar con él y su maravilloso equipo del restaurante Santceloni donde se ofreció una cena maravillosa, en la que trabajamos tanto nuestro equipo como el suyo.
El prestigioso chef visitó nuestro restaurante dejándonos su saber gastronómico. Santamaría recordó que la primera vez que estuvo en la Fonda dijo “por favor no me toquen al cocinero, porque es esa cocina que al turista cuando va a otra localidad le gusta probar, la cocina local, cocina con un sabor, en este caso manchego”.
Este reconocido cocinero explicó a los comensales asistentes a la cena que con los años ha aprendido que “un restaurante es obra de un equipo y que sin un equipo no hay avance, no hay progreso, no hay estímulos…”. Y añadió que “no hay que olvidar nunca que nosotros tenemos una empresa y damos un servicio por el que cobramos una factura, no hay que olvidar que esta es una labor de sincronización entre la cocina, el comedor y evidentemente, la parte más importante, que es el cliente. El cliente es el que nos da la notoriedad, el que nos legitima, el que nos estimula a estar a su servicio para el placer, porque evidentemente trabajamos, nuestro oficio lo elaboramos pensando en el placer de los sentidos”. Santamaría insistió en que “yo no hago arte porque presento una factura. El arte es sólo aquello que toca la parte espiritual del individuo, donde hay intelecto, donde hay filosofía, donde hay una parte oculta, que a veces no se puede expresar ni con palabras. La comida, no, la comida es realidad pura y dura. De la tierra o del mar, a la mesa y a disfrutarlo, es materia y lo que es materia no es etéreo, es materia. Yo soy un profesional, no un artista, por eso presento una factura”.
Señaló que cuando vamos a un restaurante “ya no vamos a comer, vamos a alimentar el espíritu, vamos a buscar experiencias sensoriales; pues en este plan que vamos al final en lugar de ponernos materia en el plato nos van a poner un televisor, un ipad, el que sea, y ustedes miren y gocen”. Ante esta situación Santamaría dijo que no se conforma: “prefiero tragar, en vez de mirar, actuar, ejercer las mandíbulas que, a la vez, también me hacen ejercer parte de mi intelecto. Y concluyó “yo ya no sé si cocino porque me gusta comer o como porque me gusta cocinar”.
Finalizada la cena, Santi Santamaría felicitó al equipo del restaurante la Fonda de Alberto y del Santceloni por el trabajo realizado tanto en la cocina como en la sala y dijo que “hemos empezado a hacer algo que puede tener continuidad, porque creo que hay una semilla plantada, que puede fructificar, y que se puede entender que la cosa que más nos une a las personas es la buena mesa y en una buena mesa tienen cabida todas las tendencias”.




